Entre Marzo y Abril de 1925, Albert Einstein estuvo durante cuatro semanas en la Argentina, cumpliendo con un exhaustivo programa de conferencias, entrevistas periodísticas y agasajos sociales. 
No, no se encontró con Carlos Gardel, pero sí recorrió el mercado de Abasto; así que tan improbable no es mi ilustración de este artículo publicado en Río Negro. 
La nota se ocupa principalmente de las (grandes) repercusiones sociales y mediáticas y  de las (escasas) que tuvo su visita en un ambiente académico dominado todavía por una tradición científica positivista, poco dispuesta a entender una teoría del mundo físico que cuestionaba algunos de sus presupuestos.
Un registro más extenso y detallado de las actividades (y anotaciones privadas) de Einstein que registran esas jornadas pueden leerse con provecho en este otro artículo, que es una de las fuentes del que yo ilustré.
Varias "curiosidades" pueden notarse en este último texto. Una de ellas es que la "relatividad" fue mejor recibida en el ambiente literario y filosófico que en el científico (y que el primer intelectual argentino en conocer a Einstein en Europa y escribir sobre él fue nadie menos que Leopoldo Lugones). 
Otra es que durante su estadía, el visitante tuvo oportunidad de enterarse (y festejar) de la creación formal de la Universidad Hebrea de Jerusalén, para la que recaudar donaciones fue uno de los motivos de su viaje (para quienes conocimos la derechización de esa institución ya en los '70 no es fácil concebir que sus impulsores de entonces la veían como una expresión de colaboración con la convivencia pacífica y -de hecho- en 1947 propondrían a las Naciones Unidas la creación de un único Estado Binacional palestino  en el territorio bajo Mandato británico).
En lo personal, no puedo dejar de asociar esa visita (y los acaudalados anfitriones que lo hospedaron) con mis abuelos que en ese mismo año estaban luchando por juntar unos mangos para traer a sus familias desde sus pueblos (en lo que hoy se llama Belarus) que habían quedado tras la Gran Guerra en poder de una Polonia independizada y estrechamente nacionalista.

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