Ilustración para este artículo con la trama interna de cómo saltó a la luz este asunto de la narcopolicía cordobesa que salpica bastante al gobernador. 
Para los que tenemos la edad suficiente, el nombre de la provincia de Córdoba está unida a la gesta del Cordobazo que en nuestra adolescencia nos hizo creer que "la revolución era posible". Y que -respetando las diferentes identidades partidarias- obreros combativos, sindicalistas no burocratizados y estudiantes unidos realizarían ese sueño.  
No duró mucho el sueño de la "unidad en la lucha", pero el verdadero retroceso no empezó hasta el "Navarrazo" con el que el jefe de la policía dió un "golpe", derrocando al gobernador y al vice, ante la clamorosa inacción del entonces presidente Perón. Le seguiría una sucesión violenta de asesinatos y torturas sin solución de continuidad con la dictadura militar. 
El retorno de la democracia cambiaría las formas, pero exhibiría una sorprendente coherencia de políticas neoliberales y corruptas tanto con radicales como peronistas. La delincuencia policial y política en Córdoba ya parece toda una triste tradición.























Esta es la versión coloreada de la ilustración para este artículo (donde se puede ver el original en blanco y negro). Para ser un dibujo con algunas complejidades, hecho a toda velocidad (menos de dos horas), me pareció bastante rescatable.
El artículo compara esta época de "gestos de soberbia" con algunos personajes prestigiosos que supieron rectificar sus opiniones. En general, se supone que en un sentido de más tolerancia o humildad. Por contraste, está el caso de Leopoldo Lugones, que pasó del liberalismo del Centenario al militarismo fascistoide de fines de los veinte ("La hora e la espada"). Conociendo su suicido final, uno tiende a pensar que nunca entendió bien el país y el tiempo que le tocó. Lo que nunca pude decifrar es cómo (quiero decir, qué chatura cultural habría) pudo llegar a constituirse en el Zeus Olímpico de la letras argentinas.






































Se cumplen 40 años del sangriento golpe que Pinochet (con el auxilio de la Casa Blanca, las corporaciones capitalistas y los intelectuales neoliberales) dio al gobierno constitucional de Salvador Allende. Con ello se dio comienzo al más negro período de íntervencionismo imperialista en Sudamérica.
El golpe fue precedido de una larga preparación de acoso y ahogo al gobierno en el que la mayoría simple de una oposición unida (es decir, con la complicidad del centrismo de la "Democracia" Cristiana) se dedicó a rechazar cada iniciativa de ley gubernamental y a destituir ministros e intendentes con cualquier pretexto, amén de impulsar el caos económico y la violenca callejera.
Chile aún vive bajo la sombra ignominiosa de una Constitución ilegítima heredada de la dictadura que ha impedido juzgar a los criminales. Recién se empieza a plantear una reforma constitucional y un pedido de "disculpas". Poco y tarde.
Como argentino que vivió esa pesadilla espero que hoy no caigamos de nuevo en la manipulación y aseguremos la estabilidad del gobierno constitucional sin ceder a las presiones y argumentos reaccionarios.
¡¡Viva Chile, mierda!!

































No es que esté de acuerdo con el artículo (aunque después de las PASO, un poco escorada quedó la nave gubernamental, reconozcamos).
Ocurre que, a veces, una ilustración que nos encargan sale lo bastante linda como para publicarla, aunque no nos cause mucha gracia.
Y, si fuera a esperar a estar de acuerdo con todo lo que me piden en el trabajo, este blog no se actualizaría más que una vez al mes.
Esperemos tener ilustraciones más optimistas después de Octubre.