Esta ilustración fue hecha para una nota de hace un tiempo, pero creo que esta es una buena ocasión para postearla.
La nota hace una especulación atendible sobre la recurrencia al pasado como apoyatura para la política presente; una práctica muy frecuente.  Para contrastar, menciona la asunción de Frondizi y los escritos de Alberdi, tras la caída de Rosas, por su apelación al futuro. 
Hilando un poco más fino, podríamos señalar que ambos (cada uno en su rol) fracasaron por no representar el proyecto de por lo menos alguna de las fuerzas sociales actoras de su momento histórico.

Es decir, cuando todavía no está resuelta la cuestión del Poder, entendido como el modelo de desarrollo que una clase consigue hegemonizar sobre otras (construyendo un bloque histórico junto a otras clases subordinadas que encuentran su lugar en ese modelo) no es extraño que se apele a líneas de continuidad ideológica con un pasado que brinde el arquetipo con el cual identificarse.
Y la apelación ideológica tiene un papel más relevante cuando ese proyecto ni siquiera consigue todavía ser completamente asumido como propio por la clase supuestamente beneficiaria de él. 
Un viejo problema de sociedades dependientes como las nuestras -prácticamente organizadas desde el exterior- en las que la burguesía industrial no llega a constituirse como clase autónoma, saliendo de la sombra de la burguesía agropecuaria.
De ahí el carácter bonapartista de todas las representaciones políticas, quienes a menudo terminan pedaleando en el aire, abandonados a su suerte por las fuerzas sociales que los acompañan sólo hasta la puerta del cementerio.

Sin embargo, en el largo plazo, la perspectiva no tiene por qué ser pesimista. Los cambios históricos han ocurrido y -pese a la dureza de los intentos retroactivos forzados- no han podido ser suprimidos. Aunque no ha desaparecido la negativa a derivar una parte de la renta agrícola hacia la industria cada vez tiene menor capacidad de seducción. 
Y no, precisamente porque los supuestos "capitanes de la industria" hayan alzado su voz claramente ante cada imprecación troglodita lanzada desde la tribuna ruralista sino, más bien, porque una "mayoría silenciosa" de las clases subordinadas (quienes viven de su trabajo, del valor agregado y su circulación en el mercado interno) no come vidrio en el momento de tomar una decisión en el cuarto oscuro. Queda para el arte de la política seguir sieendo un vehículo adecuado para canalizar ese proycto y no dejar que la tentación burocrática o individualista termine convirtiendo al vehículo en un obstáculo.

Comments (4)

On 16/8/11, 5:56 , Comandante Cansado dijo...

Bob, plantear en pie de igualdad a Cristina y a Juan Sin Ropa (porque usa la del padre) nunca puede ser justo...

 
On 16/8/11, 12:49 , Sujeto dijo...

Querido Bob:
Te ofrezco mi humilde lectura, nada erudita políticamente, a la luz de los resultados del domingo. Más allá de las motivaciones determinantes del voto de cada ciudadano, y las teorías economicistas que sustentan a buena parte de su explicación, creo que se percibe que aquí se está planteando un cambio en serio: desde la repatriación de científicos, la evidente revalorización de la ciencia, el crecimiento de la industria, la recuperación de astilleros, la fabricación de satélites y radares, insisto, más allá de lo económico, sino como recuperación de la capacidad de este pueblo de reinventarse a sí mismo.
Creo que esto, todo esto, también es, en cierta forma, inclusión en un proyecto de transformación, el recupero de viejas tradiciones peronistas y latinoamericanistas, junto con el aggiornamiento a un mundo cada vez más tecnológico.
Brevemente, se me ocurre que, además de la mejora en el nivel de vida para muchísima gente, se ha recuperado al menos en parte el "orgullo de ser".
Abrazo Grande

 
On 16/8/11, 13:55 , Bob Row dijo...

Hola, Comandante: bueno, cuando lo dibujé no tenían las proporciones de hoy en día. Si no lo hubiera posteado justo antes del Domingo quedaba para el archivo. Un abrazo.

 
On 16/8/11, 14:25 , Bob Row dijo...

Así es, querido Sujeto. Tu gran sensibilidad te orienta hacia el punto por el que yo sacrificaría casi todo lo demás.
Varias veces mencioné el dato que me parecía diferencial entre Gelbard y otros burgueses: que toda su astucia para conseguir subsidios del Estado (ya durante el gobierno de Lanusse) se orientaba hacia la autonomía de la burguesía nacional y la competitividad tecnológica. Su proyecto de Fate Electrónica estaba a punto de alcanzar el último nivel internacional de entonces, cuando fue destruído por el Golpe neoliberal del '76. Dos años después se creó el primer microchip y chau, nunca más.
Por mi trabajo he seguido la indoblegable actividad creativa del Invap en condiciones espartanas hasta llegar a este momento, que debe ser para los científicos argentinos como entrar a "la Tierra Prometida".
Pero no se me escapa que la autonomía tecnológica depende de que exista una clase burguesa dispuesta a jugarse por ella. Los científicos no pueden crearla, sólo darle los medios; y el Estado no puede reemplazarla (en el marco del Capitalismo) por más que la subsidie. A menos que un cambio "ecológico" mundial altere las condiciones (como la "Tercera Guerra Mundial" que esperaba Perón y nunca llegó).
Pero no importa si ese sueño transformador vuelve a encontrar obstáculos; es el que vale la pena seguir y ningún otro gobierno ha ido tan lejos en ese camino y lo conseguido no se pierde nunca del todo. Un fuerte abrazo.